¿Quién iba a pensar que ese invento de Paul Wallich sacudiría los cielos? Y es que la historia relata que el físico y científico, agotado de acompañar a su hijo a tomar el bus para el colegio todas las mañanas, inventó el dron para vigilar que el niño fuese sin problemas hasta la parada para ir a su escuela. El invento dio resultados insospechados y el dron cambió el sistema. De esta forma, el zángano – traducción literal de “drone” – apareció en el mundo, no sin antes generar bastantes contratiempos que todavía se visualizan.
Cada vez aparecen más noticias sobre los problemas ocasionados por los drones en distintos lugares del mundo, y es que, pese a las bondades aparecidas en estos aparatos modernos, queda demostrado de forma tajante que las regulaciones son necesarias. Muchos se preguntan: ¿Los drones generan caos? La respuesta es afirmativa, y por esta vía, demostramos algunos casos y explicamos por qué
Ejemplos de este problema se han multiplicado en varios países. En el Reino Unido, los drones han amenazado la seguridad de los vuelos comerciales, alcanzando una tasa de hasta 92 casos en el año 2017, en los cuales los drones pudieron colisionar contra un avión. Otra situación llamativa se dio en Francia, cuando unos drones sobrevolaron cerca de siete centrales nucleares en 2014. Y la situación llegó más lejos, cuando Greenpeace se atestó contra una planta nuclear francesa, afortunadamente de forma inofensiva.
Uno de los problemas fundamentales son que estos drones, valorados como tipo civil, son comprables por cualquiera a través de internet, lo que hace que la anarquía prevalezca en el sistema. Estos drones pueden generar tantos problemas que ciertas empresas han colocado sistemas para localizarlos que les impidan volar en algunas áreas. Y ante esto, especialistas alertan que si no hay una regulación evidente en el aire, cualquiera puede manipular un dron y usarlo a su usanza, generando numerosas consecuencias.
Al ser de esta forma, los drones han sido utilizados con fines bélicos. Ocurre en Siria, donde el Estado Islámica les ha usado para el lanzamiento de bombas en lugares claves, y en Ucrania, durante los conflictos políticos que ha enfrentado la ciudadanía. Estos aparatos son de fácil uso y además son accesibles para cualquier persona, por lo que se convierten en una herramienta indispensable en estos conflictos, haciendo que pierdan su función original.
El temor principal es que se ejecute una colisión entre un avión y un dron, ya que por más que la diferencia de tamaño pueda ser llamativa, el resultado sería, sin duda, catastrófico, lo que ha provocado a ciertos cambios: por lo menos que en determinados países, se necesite una licencia para volar los drones. Esta tendencia está creciendo y cada vez son más los países que lo implementan para evitar estos problemas que ha generado determinados conflictos en distintas partes, incluso en algunos de los aeropuertos más solventes del mundo.
Expertos han asegurado que solamente en Estados Unidos, habrá alrededor de 30000 drones en los próximos años. En otro dato más demoledor, se cree que, dentro de diez años, estos aparatos serán equivalentes al 10% del mercado aeronáutico en Europa, es decir, una irrupción única, demoledora y tajante.
Por esto, las entidades responsables deben tomar un control del asunto para que las regulaciones funcionen y no promuevan las catástrofes que se temen en distintos puntos. Por supuesto, el aparato tiene bondades, pero es peligroso sentenciar que estas mismas bondades tapen los problemas que han acarreado anteriormente. Estos abejorros metálicos han llegado al mundo para cambiar los cielos, y el ser humano tiene que poner control para evitar que haya daños dignos de lamentar. Los expertos deben colocar soluciones en el tapete para llevar la situación a un punto válido y responsable en todos los aspectos y circunstancias posibles.